miércoles, octubre 27

Manual del guerrero de la luz

Un guerrero de la luz sabe que ciertos momentos se repiten.
Con frecuencia se ve ante los mismo problemas o
situaciones que ya había afrontado; entonces se deprime,
pensando que es incapaz de progresar en la vida,
ya que los momentos difíciles reaparecen.
¡Ya pasé por esto!
se queja él a su corazón.
''Realmente tú ya lo pasaste-responde el corazón-pero nunca
lo sobrepasaste''.
El guerrero de la luz entonces comprende que las
experiencias repetidas tienen una única finalidad:
enseñarle lo que no quiere aprender.

Manual del guerrero de la luz
página 28, leída y re leída varias
veces.

domingo, octubre 24

Waichafe Catrileo


Salimos como a las cinco de la mañana con unos palos, unas piedras y dos lienzos, al fundo llegamos a eso de las seis y media de la mañana en donde cortamos unos colihues para poner los lienzo, pusimos los lienzos y gritamos con el fin de llamar la atención. A los pocos minutos de eso llegó por el lado sur una camioneta del GOPE, en un primer momentos nos quedamos ahí y les gritamos que no nos íbamos a salir, la camioneta se detuvo, el chofer se quedó arriba y bajaron dos carabineros, cargaron sus armas y dispararon directo al grupo, ante eso nosotros corrimos en dirección a una montañita de colihues, la fuimos bordeando, de atrás nos seguía la camioneta, cuando ya nos faltaban como cincuenta metros para llegar al canal la camioneta se detuvo y quedo medio de costado, se bajaron dos carabineros, uno de ellos se bajo con una escopeta, el otro con una submetralladora y de nuevo nos siguieron disparando, algunos de nosotros nos agachamos y corrimos así hasta el canal, pero en esa carrera a Matías le habían dado ''me dieron cabro'' dijo...

Matías Catrileo.

jueves, octubre 21

Con el tiempo se va ganando un don que mucha gente no tiene, que le cuesta años concebir y asimilar, un don que en los peores momentos siempre se requiere, y que si no lo tienes, te daña hasta en lo más recóndito del corazón, cortando arterías, dejando sin sangre las aurículas, vaciando rápidamente los ventrículos, tapando tricúspide y mitral. Si yo no hubiese aprendido a controlar ese don, quizá donde estaría ahora parada, las fuerzas no sé de donde las hubiese sacado, el cariño, el amor, el (re) sentimiento, los recuerdos, la pasión, las peleas, las noches, los días, las horas, los lugares, todo estaría conmigo, dentro de mí, respirando cada día sobre mis oídos, recordándome cada paso que dí, y volví a dar a muchas veces más.
Si ese don yo no lo hubiese adquirido, tendría que haber hecho un pacto con el mismisimo diablo, para que me devolviese el alma, la respiración, los sentidos... las lágrimas. Pero lo tengo, y estoy orgullosa de eso, mi don, el mejor de todos los dones

el olvido.-

miércoles, octubre 20

Trabajando los sueños

Una de las tantas noches que me mantuve a solas, estuve a punto de cometer la locura más grande y extorsionar mi vida
miraba con desesperación la ventana, el viento en mi cara era más fuerte y claro, aún así hoy no sería diferente a las otras noches que he vivido a solas. Me fuí a dormir como todos los días condenada, fría como un muerto frío, pensando en las tantas noches... en las que dormí sola.
Pacté desligarme de mi cuerpo, y compartir sensaciones con el mundo, me llevé un libro por si las dudas. Si me aburría en esa noche mal dormida, el calor no me faltaría, mi libro me habló de mil y un aventuras, dónde aunque subiera y bajara montañas,
el enemigo nunca se acerca ni gana. Ese día no dejaría entrar
entrañas en las mías, por lo tanto en mi mochila también llevé lapices de colores, para pintar y comer hojas, hojas verdes y rojas.
Era un buen sueño, el y mi compañero de sueños, pero como
una canción dice, fuí un pasajero allá
entre tus sueños.
Desperté y no lo alcancé a sentir y resentir, y escribí sobre los
que algún día he de vivir.

viernes, octubre 15

Odio vergonzante


Trabajé codo a codo con el enemigo
en un juego lúdico y relativo,
me empeñé en tirar las armas y (no) hacer el amor,
no pude, era más fuerte que yo, y más sincero con su
odio que yo.
Y yo en misma simpleza
siendo un yo, un ínfimo yo.

En esos ojos rojos sólo había resquemor
furia, venganza
y por dentro de aquellas grandes ventanas
dolor, mucho dolor.

Y frente al enemigo estoy
como siempre luego de las batallas,
mientras vuelan y revuelan los porqué en mi cara
pero más los ¿para qué?

Entre los dos está el caer o el no caer
yo preferí el caer, pero el caer sola,
sin odio, sin amor ni temor
con un hasta nunca y un hasta adiós.

Hoy como nunca trabajé codo a codo con el enemigo
lo disfruté y lo maté, lo maté y lo disfruté.


sábado, octubre 9

Isaac


En el mundo de Isaac todo empieza por las mañanas y termina a la mitad del día, las noches son para él lo que para mí sería mi peor miedo, repentina, inexorable y sombría.
En el mundo de Isaac existen muchas personas huidizas, las conoce y las desconoce, las ve una vez y luego nunca más las vuelve a contemplar, son personajes incidentes en su cuento corto de pocas páginas.
En el mundo de Isaac no hay reglas, él sólo ríe por dentro, dejandose llevar por el decir del viento, para él no hay mano que aprieta, aunque se rige por su cuota de aguas amargas color violeta.
En el mundo de Isaac hay amigos y enemigos, los amigos los cuenta con los dedos, los enemigos con sus rubios cabellos, aunque su corazón aún chiquito no le de espacios para el odio, su poder de autodefensa es mítico e impredecible.
En el mundo de Isaac no hay miedos, los medios se lo ocultan y a él lo disfrazan con un traje de monstruo devorador de cuerpos plutócratas.
Isaac... recuerdo muy bien el día que lo conocí, en un lugar poco acogedor, abastecedor de miradas frías y repugnantes al ver el nombre que llevaba su hogar.
Su mirada demostraba valentía y sueños próximos, era la mirada de un hombre que ha pasado por altos y bajos, ojos penetrantes que se escabullían en los tuyos haciéndote temblar, pero un temblar agradable, digno de sentir.
Muy pronto pude captar su atención y me convertí en su confidente de habladurías, su compañera de juegos, su aprendiz de señas comunicatorias, su conterránea, colega, socia, camarada, compinche.
El mundo de Isaac era feliz, pero fuera de su mundo, era un niño de no más de tres años con sida, escondido de idas y venidas.





domingo, octubre 3

Camino recurrente


Hoy no tenía una expectativa de vida muy alta, no habían muchas cosas por hacer, por ende decidí psicopatear algunos archivos olvidados en la faceta virtual, no olvidados por mí, sólo salidos de la fama de Internet, cosas que habían quedado en el recorrido después de sobresalir.
Tengo un grado de masoquismo impresionante, fue lo que me hizo leer y (re) leer cada una de las palabras que se cruzaban en mi pantalla como hormigas, corriendo desesperadas, y saliendose de su fila habitual e inexorable. Y fue en ese momento en dónde mis pensamientos estaban nublados que una súbita palabra hizo que me despertara de mi efímero sueño y los recuerdos caían como gotas agresivas sobre mi cara, había cometido el error de mi vida y lo estaba volviendo a hacer y lo quería volver a hacer y ya sabemos como sigue la historia, porque creo haber vivido la misma un par años...