miércoles, octubre 20

Trabajando los sueños

Una de las tantas noches que me mantuve a solas, estuve a punto de cometer la locura más grande y extorsionar mi vida
miraba con desesperación la ventana, el viento en mi cara era más fuerte y claro, aún así hoy no sería diferente a las otras noches que he vivido a solas. Me fuí a dormir como todos los días condenada, fría como un muerto frío, pensando en las tantas noches... en las que dormí sola.
Pacté desligarme de mi cuerpo, y compartir sensaciones con el mundo, me llevé un libro por si las dudas. Si me aburría en esa noche mal dormida, el calor no me faltaría, mi libro me habló de mil y un aventuras, dónde aunque subiera y bajara montañas,
el enemigo nunca se acerca ni gana. Ese día no dejaría entrar
entrañas en las mías, por lo tanto en mi mochila también llevé lapices de colores, para pintar y comer hojas, hojas verdes y rojas.
Era un buen sueño, el y mi compañero de sueños, pero como
una canción dice, fuí un pasajero allá
entre tus sueños.
Desperté y no lo alcancé a sentir y resentir, y escribí sobre los
que algún día he de vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario