viernes, diciembre 24

Me escondo

Me cuesta, pero cierro mis ojos, uno primero para que con el otro tenga la última panorámica de mi alrededor, respiro apresuradamente muchas veces, luego me tranquilizo y el aire que entra por mi nariz se calma, va lento muy lento y siento... siento mi corazón latir, por primera vez escucho su vómito de palabras fascinantes que dicen mucho y no dicen nada, lo comprendo y lo sigo escondiendo. Se me olvida por completo donde estoy, no hay noción del espacio ni del tiempo. La sangre corría por mis venas y yo la sentía, era fría, pero luego se volvía tibia, exuberante corría en mi interior, sin que nada la detuviera. La sensación era de estar flotando, aunque nunca he flotado, me lo imagino y lo siento... era tan símil al aire y al espacio, sentía una brisa ilusoria que no estaba, oía aves que enrealidad no cantaban y el ambiente olía a rosas, rosas que hacía mucho habían sido cortadas. Fortuitamente me saca de mi ensueño un ruido tan estrépito que mi corazón empezó a latir más rápido que el recorrido de la luz, mi circulación esta vez se entrecortaba, pero mi cuerpo seguía en las nubes.Es todo lo que siento cuando tengo miedo, abrazo mis rodillas y escondo la cabeza, tomo un libro y cuando la levanto la escondo de vergüenza

jueves, diciembre 23

Irresponsables

Tú no tienes nada que perder






Yo lo tengo todo para perder                       entonces apostamos.

miércoles, diciembre 22

Que empiece el espectáculo




Estamos todos en un círculo mirandonos con desconcierto, cada par de ojos
tiene una rama de negros distintos,algunos un poco más profundos 
y sinceros que otros, pero par de ojos negros en fin.
La música de fondo suena a algo así como un sonidito molesto, absorto y
lejano, todos se ponían cada vez un poco más intolerante al ruido,
a los movimientos. Y entrando en un nerviosismo inhóspito se sientan
en el suelo tratando de mimetizarse con la habitación, habitación
que era blanca y negra a la vez. 
Las posiciones iban cambiando a medida que las manillas del reloj avanzaban,
parecían ansiosos, querían salir de ese lugar, llevaban aproximadamente
siete días en un silencio elocuente, con un único ritmo, el de la música
lejana y su cha chachacha. uh ah. 




el cielo se vuelve oscuro y la luz ya no se refleja en las ventanas;
entonces alguien grita y todos los ojos negros se tornan rojos.

domingo, diciembre 19

Son las cinco de la mañana

Siendo bien sincera, las tardes de no hacer nada y pensar mucho no son lo mío. Caer en esa laguna mental en la cual te hundes cada vez más sin darte cuenta, sacar cien mil conclusiones, y revolotear con tus alitas en lo que ocurrió hace años atrás (o meses, o días, horas...) hace que te preguntes ¿Pensar antes de actuar?, bueno eso tampoco es lo mío y pensándolo bien, nada es lo mío y nada completamente mío.  
He utilizado varias veces sofismas para referirme a algo que ocurrió, pero esta vez prometo no hacerlo, sí, porque jurar en vano es malo dicen por ahí y sí yo no juro por sentimientos. No he querido pensar que la vida tiene más de un camino, pero es inevitable, un error o un acto hecho de otra manera y cambia toda la falsa estructura. Daría ejemplos (porque tengo varios) pero no va al caso, no sería útil. 
Y así es como hoy estoy cayendo en un vacío, con un sentimiento entre aversión y nostalgia, entre dulce y agrio, entre sinceridad y honor, entre volar o no. 


Brigido pó 

sábado, diciembre 18











Que decepción                                                                                                 Decepción... 











viernes, diciembre 17

No soy hija de la luna exactamente

    Soy acaso el ser estupefacto, el producto de sexo casual entre el sol y una estrella hija de puta que suele posarse cada noche en el mismo lugar, en aquella esquina muy cerca de la luna, luna que con un ínfimo y último hálito de pasión se va, dejando a oscuras mi ciudad. 
Pero aquella estrella de la cual fui concebida es rebelde e insumisa y en un acto de insurreción se queda hasta el otro día. Ella quiere ver la salida del sol y tener aquella relación ávida y lujuriosa que tanto esperó por las noches. 
Y aquí estoy yo, una cosa con una figura algo extravagante, irónicamente odio el calor y si pudiera irme lejos de lo térmico lo haría con gusto. No sé si será excitación al frío o el sentimiento hedonista de buscar un calor sumiso que no venga de ''aquel''. 
Evidentemente no pertenezco a este lugar, mi madre una puta, mi padre un negociador con corbata, dogmático, único y sumamente posesivo. Que bonito, que lindo, soy el producto de lo peor de la naturaleza, lo horrible de lo malo. Y es en este punto donde hago esta inconección mental, mis genes no los siento míos y mio no es este lugar


SALVENME Y SÁQUENME DE ESTA MIERDA DE PLANETA 

Sh! alguien se acerca

Corazón responde a mis gritos de desesperación 
aunque aún guarde silencio
aunque siga helada y casi sin sentimientos
¿qué pasó con el transcurso del tiempo?
siento
siento 
siento
pero no pienso, pero no tengo, no quiero,
no termino y el mayor problema es que nunca empiezo
silencio
escucho tu susurro en mi oído, no eres alguien,
pero eres algo...que me adormece, que me tranquiliza.
Y sigo caminando y soñando despierta.
Y de pronto me doy cuenta que llevo cadenas y
mi boca va cerrada a la fuerza. Nunca grité
pero sigo deseándolo y creo que tú de a poco
me vas escuchando
escucha
hoy no soy yo la que abre la boca corazón. 


domingo, diciembre 12

Reacciones, pequeños detalles que te hacen resurgir de la tierra, queriendo gritar, queriendo sentir
y luego
luego nada.

lunes, diciembre 6

Y corro sin saber donde corro


Siento deslumbrante la luz mañanera que ciega mis ojos día a día. La impresión que me da mi cuarto me es familiar pero sin recuerdos, como si todas las noches sólo hubiese dormido y no pensando y no vivido.
No encuentro razones para levantarme, así que me quedo sin avidez acostada o más bien postrada en la cama, haciendo recuentos de mis memorias para que por primera vez, mi pieza de cuatro paredes, tuviera un color fuera del blanco que provoca dolores de retina.
¿Cómo llegué a vivir tantas cosas en tan poco tiempo?
Siento como si el mundo caminara lento, pero yo siempre voy corriendo.
Pienso que tengo que ponerme el uniforme, la corbata que tanto detesto y tomar el primer cuaderno que vea (porque poco me importa que me toca hoy, no sé que día es hoy) y ya tengo otra razón para no levantarme, no quiero ir al colegio, no puedo concebir que ese lugar haya sido el lugar donde fui obligada a competir por un puesto imaginario, donde debía respetar a personas que en mi puta vida había visto. En ese momento tuve un flash back de todas las veces que pasé las puertas de la dogmática inspectoria, parándome frente a discursos moralistas que no escuchaba y si escuchaba no entendía, no tenían explicación, sólo eran palabras, palabras que luego pasaban a mi hoja de vida (que patético nombre ahora que lo pienso).
Hice el recuento más largo de toda la historia, amigos, lugares, parques, hedonismo, chelas, cigarros, pitos, tarros, persecuciones, gritos, llantos, revuelcos, masoquismo, mamonerías, centrismo, estupefacciones, escupitajos, amores, otros un tanto furtivos, enemigos...viento, fuego, risas, espectáculos y escenas dramáticas.
Entonces entre todas mis historias veo a una persona frente a mí, no tiene figura, ni forma, ni edad, pero sus ojos, sus ojos eran grandes y expresivos, sus sentidos armoniosos, hacia rigurosos movimientos, como si estuviera esperando algo de mí, como si tuviera algo que dar desde aquí...
entonces creció un sentimiento insólito en mí, mi corazón palpita fuerte y parece que hay una carrera de sangre dentro de mis arterias. Espero tanto de ese sujeto, y el espera tanto de mí, lo veo con los ojos con los cuales observo a un extranjero, como si fuera un extraño, un extraño que conozco de toda la vida...


Suena el despertador y decido levantarme.

viernes, diciembre 3

Desde el ojo de un afuerino.


Se popularizó el microcuento, la gente empezó a escribir en masa las historias del pueblo, el día a día por las calles. Esas multitudes de cabezas pensantes, pensamientos que aún no lograba entender siendo que eran algo banales... y vamos caminando y analizando.

Primer impacto visual: Todas las ratas igual, caminando en el mismo sentido y al mismo lugar, hasta parecen filas inexorables y opacas de hormigas cazadoras o más bien recolectoras. Más de alguna quiere volar, pero nunca se les enseñó a dejarse llevar por impulsividades, al contrario, las cadenas anquilosadas a sus pies tenían imperativas responsabilidades, eran tan pesadas y evidentes.
Más de alguna rata se convertía en esa hormiga preferente, la líder de imagen sumisa que más adelante sería cabecilla de las opresiones, la que llevaría el arma frente a sus tropas. Y bueno las demás, las demás no eran más que un tipo de hormigas con un problema de sicosis colectiva, esas eran las fieles y buenas amigas pero la vez las más fáciles de dominar.

Impacto profundo: Y seguí caminando, claramente en sentido contrario, leyendo sobre la contracultura iba en mi propia linea, extraña, insurgente, única pero solitaria.
Creo que en mi análisis hablé con alguna compañera, yo espontánea, ella rectilínea, ella centrada yo en las orillas, yo siempre por arriba, ella con los pies implantados en la tierra; y así un sin fin de diferencias que marcaban su personalidad esclavizada con la mía libre, libre como... bueno como algo que aún no nace ni crece, algo que no soy yo claramente. Pensándolo debo ser el estereotipo, el ensayo del creador para un próximo ser libre y perfecto.
Me di cuenta como pensaban, hice mi clasificación habitual de cinco minuto, ellas creen luego ven, como el que siempre ha vivido con poco y con ese poco se conforma, ellas piensan estar en un mundo perfecto casi utópico, porque no conocen más allá de lo que sus ojos ven o escuchan sus oídos, por miedo a la hormiga con yelmo que va al final de la fila, aquella rata-hormiga dogmática que transfiere miedo. Así es como ellas creen y luego creen ver.

Impacto final: Me impresionaba bastante como todo ese vulgo seguía la corriente, pero más me impresionaba que yo nunca caí al río, fue porque mis socios no me dejaron hacerlo y no es que me hayan puesto una cuerda a la cintura ni una pistola en el cuello, si no por el simple hecho de acción y reacción.
Sin darme cuenta estaba siendo víctima de una hipnosis, porque las ratas amigas desaparecieron de las calles y se convirtieron en prototipos de humanos caminando rápido, con sombreros y no en las cabezas sino en las manos, y yo seguía siendo rata... o mejor dicho hormiga, analítica y con espíritu volátil, esa ínfima partícula que veía todo desde abajo, pero anhelaba lo de arriba y no lo de muy arriba...