sábado, agosto 25


No desesperen, no griten, sé que sus fuerzas son infinitas e infinito también su amor. Que la oscuridad se convierta en la luz de su alma y que reconozcan la sabiduría que les entregan las rejas y adoquines, las historias del patio de sangre. Y sonrían, sonrían porque hoy es el día en que pueden gritar por fin sus corazones haciendo que aquellas voces tan dulces y tan fuertes  lleguen a nosotros con nostalgia pero sin temor, sin temor. Desde la falsa tranquilidad amamos por ustedes, y lo seguiremos haciendo aún así el sol caiga en nuestra búsqueda y nos encuentre deambulando por las noches.

Aunque entiendan la insoportable levedad del ser, la vida no está en otra parte.



lunes, agosto 13

Atrona un poco el topo




Tormentoso el Topo tiembla: tiene tristeza: atronó, un poco.

El Topo no tiene comida: dinero tiene tampoco. Pero tiene taller
Tiene Taller: en las tardes talla tornea tañe tararea -atrona un poco.
El Topo se empecina se desmide se tropieza: se tropieza el Topo repta
-tiene anatomía- atrona un poco.

Siente el Topo la latitud del monte Tupungato, su tosca fosca topo grafía:
su altitud. Trepa entonces este monte tan campante (todo esto
entre sus mientes -o magines- evidente: así, monta hasta elefantes).
Entremedio entabla con sus sombras tristes teatros decadentes:
¿tendrá el Topo en sus sitios sus tornillos o en su testa trae
tejas sueltas, y en sus patas rotos los tobillos?
Entretanto, se interroga, se entretiene, estudiando harto su Antropo Logia
-triste trópico es el habitat del Topo, su típico tópico- tapizando
su entramado de tratados, combatiendo con un cúmulo de dudas, tragándose
eméritas gordas ruedas de carreta.
Toma notas el Topo, las anota en su libreta.

Tienta el Topo, intenta, trata, trata de- de pronto tronase altanero,
tiene lengua de taladro, la trompa se le solivianta, se destempla el Topo
-ya era tiempo-, se atraganta: atrona un poco.

Tonto el topo, terco, lerdo: torea, arrastra el poncho:

le tiran tierra, melones: le dan tirones, le pisan los talones...
Tiembla el Topo, palidece, siente vértigos, ortigas en los interiores,
tenazas en los intestinos. Torpemente trata el Topo, trastabilla: le escupen
en su escudilla, le tienden trampas, lo contagian con ladillas... nuevamente


 atrona un poco.

Toca el Topo entonces trémulas trompetas, urde burdos subterfugios en subterra
-su refugio-: siente tambores y destrozos y tragedias y tornados y tumultos
trama el Topo entonces trombas muy tremendas de Topos desterrados en en
 sordecedoores
 retornos.

Trata el Topo: tiene Taller: trabaja miércoles y jueves, transpira duro.
Tapa el Topo su destete trama el Topo su destape tiene traumas,
tristes trancas, tiernas teorías, tenues utopías: trepida el Topo, se tropieza,
trastabilla (se da al traste): tiene tristeza. Tiembla, el Topo. Toma una decisión
-toma firmemente una decisión): atrona un poco.





Jamás nos conoceremos a nosotros mismos si no hacemos una introspección con alucinógenos potentes, que recorran nuestras venas y envenenen de dicha y lujuria nuestra sangre, cayendo entonces en un pasivo nirvana y de esa manera haciendo germinar de lo más recóndito de nuestros cuerpos aquella semilla en coma que tiene celos de salir al exterior. Y empezar entonces a ver los paisajes con ojos de topo y bajo un estilo neoborroso que intercambia abrazos con nosotros, nosotros y ellos, nosotros.
El determinismo es fuerte y las restricciones muchas pero el inframundo tiene un magnetismo seductor que nos conduce en nube a la última estación del tren que lleva al paraíso, y descalzos carro a carro esperamos la llegada.  Chao con el relativismo, chao la ideología didudá que me deja tuerto (nos tapa un ojo si es que no los dos) ¿y que es objetivo? el objeto socio, solo el objeto.
¡DISTANCIA!
El tren está por llegar, y hemos de saber que pronto.


miércoles, agosto 1

Voy en un viaje sin retorno









Hoy no quiero ver a nadie en mi mundo me encierro
es lo más parecido a irse y vivir solo a la punta del cerro
a dios solo le ruego que el mundo se acabe luego
que todo el odio del humano se convierta en fuego.
Te conocí cuando el cielo soltó el llanto
supe que no eray pa mí no me mentí solo me deje llevar por el encanto
y que tanto si me vuelvo a equivocar grito de espanto si escucharon
cuando te empecé a estrangular hasta matar.
Ahora me excita tu ausencia  
también estuve preso por la culpa de mi demencia que va en progreso
mis cesos ultraviolencia
el crimen ya está hecho y no hay lamento perra.

Ni tu himen ni una flecha en el pecho me pone los pies en la tierra.