viernes, octubre 15

Odio vergonzante


Trabajé codo a codo con el enemigo
en un juego lúdico y relativo,
me empeñé en tirar las armas y (no) hacer el amor,
no pude, era más fuerte que yo, y más sincero con su
odio que yo.
Y yo en misma simpleza
siendo un yo, un ínfimo yo.

En esos ojos rojos sólo había resquemor
furia, venganza
y por dentro de aquellas grandes ventanas
dolor, mucho dolor.

Y frente al enemigo estoy
como siempre luego de las batallas,
mientras vuelan y revuelan los porqué en mi cara
pero más los ¿para qué?

Entre los dos está el caer o el no caer
yo preferí el caer, pero el caer sola,
sin odio, sin amor ni temor
con un hasta nunca y un hasta adiós.

Hoy como nunca trabajé codo a codo con el enemigo
lo disfruté y lo maté, lo maté y lo disfruté.


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