jueves, julio 22

Bécquer


Yo soy el rayo, la dulce brisa,
lágrima ardiente, fresca sonrisa,
flor peregrina, rama tronchada;
yo soy quien vibra, flecha acerada.

Hay en mi esencia como en las flores
de mil perfumes suaves vapores,
y su fragancia fascinadora
trastorna el alma de quien adora.

Yo mis aromas doquier prodigo
ya el más horrible dolor mitigo,
y en grato, dulce, tierno delirio
cambio el más duro cruel martirio.

¡Ah! yo encadeno los corazones,
mas son de flores los eslobones.
Navego por los mares,
voy por el viento
alejo los pesares
del pensamiento.

Yo en dicha o en pena,
reparto a los mortales
con faz serena.

Poder terrible que en mis antojos
brota sonrisa, o brota enojos;
poder que abraza un alma helada
si airado vibro flecha acerada.

Yo hago amable el reposo
grato; halagueño,
o alejo de los seres
el dulce sueño,
todo a mi poderío
rinde homenaje;
todo a mi corona
dan vasallaje.

Soy el amor rey del mundo,
niño tirano
ámame y tú el rey
serás mañana.

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