Escucha la brisa ¿la sientes?
el tiempo está fresco y el pasto me parece más verde,
las aves sobre mi cabeza me cuentan al oído
sus dudas y certezas
yo levanto la mirada, y con los ojos opacos
les canto y les canto.
El sol es un poco más fuerte hoy,
algo anormal en estos lúgrubres días.
Frente a mí una cruz, sangre, lágrimas,
soldados y espectantes...
y como acto final (tras bambalinas)
un cuerpo agonizante.
Un minuto, quizás dos; un estruendo que alarma al pueblo
y lo deja en penumbras.
La iglesia se parte de dos en dos, los ojos lloran
las manos tiemblan y finalmente una voz dice
cayó.
La misma iglesia que hoy venera a su cristo
fué quién lo crucificó.
Pon una mano sobre tus ojos
y en tus oídos también...
piensa bien en que creer.
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