sábado, junio 5

Se va como la libertad


Cómo cuando tomas
la arena entre tus manos
y cae por tus dedos, se
siente bien mientras cae
pero luego ya no la veo.
Y ya no hay nada, esa
es mi vida, de un momento
a otro se me cae el alma
a pedazos, y mi entorno
se torna gris, de gris a negro
y de negro a nada.
Se entorpeció mi camino, ya no sigue su rumbo, desgarraron
mi corazón y se lo dieron de comer a los perros, y no debería
ser así, nadie dijo que sería así, pero así lo siento...
Tengo paciencia pero esta se acaba, se vá volando la paciencia
que me quedaba, y junto a ella el cariño, los sueños, el vestigio
de recuerdos y el corazón herido, y no la herida por un amor
furtivo y fugitivo o un amor común y corriente si no una herida
por la pérdida de una útopia... la mía de todo lo bueno y lo mágico.
Ya paresco una convicta de sus manías y no me gusta así,
no me gusta así. Mi libertad va quedando atrás junto con la
utópica utopía aún no vivida pero por vivir.

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