sábado, noviembre 24

Uno por uno se me caen los dientes,
a pedazos la piel se desprende de mi cuerpo
y cuando ya no siento los murmullos del dolor
me dejo caer sobre el pavimento ensangrentado
me tirita el valor
me tirita el alma. 
El suelo detiene mi caída y luego echa a andar junto a los pasos nuevos,
no quiere tocar con su pulcra suciedad
el hedor que desprenden mis neuronas oxidadas.
Bajo el puente 
del estupor 
de los ojos asombrados
de las risas nerviosas 
escucho los gritos ahogados 
de los que buscan aun mis pasos
la sombra que dejé 
la sangre seca
que es símbolo de lo que fui
lo que fui por ultima vez
¿lo que soy?.
Y mientras caigo (con la sangre en las manos
y la vista desorbitada) me amarro a sus ojos 
que miran desconcertados el horror que ha dejado en la tierra
 el primer desprendimiento de alma. 
Y mientras caigo no puedo olvidar sus manos
que intentaron alguna vez liberar del sepulcro
el silencio inexorable de una piel rasgada. 
(Vidas perpendiculares se tocan, se estremecen
cruzándose en las callejuelas de esta ciudad
sin reconocerse, sin recordar...desmemoria,
desmembramiento de la memoria) (Cuatro caballos
forzando las piernas y los brazos del frágil ser humano
descuartizado en cuatro, descuartizado en cinco ¡descuartizado!) 
Y uno aquí observando, desde abajo, desde la caída,
como la vida pasa placentera
riéndose a carcajadas de la paradoja que es vivir 
de esta gran burla
¡el gran truco!
la santa broma
donde todos al fin y al cabo terminan
muertos-de-la-risa ¡muertos!
el primer y último acto de magia
que es el abrir y cerrar de los ojos
que es el vivir y morir en un segundo
que es cambiar de realidad a cada paso
golpeando fuerte el asfalto
que se esconde y se limpia
cuando ve caer los cuerpos mutilados.
Como si nada
como si nada caminando
como si nada
como si nada sonriendo
y lo que somos sigue aquí abajo
bajo el suelo que se aleja del asco...
somos
nuestro olor
nuestra putrefacción
nuestro incógnito corazón herido
nuestro último grito de dolor
Esto es lo que somos
verdugos de nuestros propios sentimientos
sentenciados para siempre al silencio.





No hay comentarios:

Publicar un comentario