viernes, mayo 6

No sé... me he vuelto una no sé con patas ¿sabes?, he tomado la costumbre de arrastrar los pies al caminar, siento que me pesan más de lo normal, siempre mirando al suelo veo mi camino hermoso y tierno, bruto y de huesos que recae en mis hombros para hacerme más peso y más peso... Cuando hoy miraba por la ventana de la micro, cerré los ojos por un minuto para tratar de sentirme cómoda, pero al revés entré en un pánico abrumador, que me puso la piel de gallina, vi una desolada escena oscura donde sentía que muchos pares de ojos se posaban en mí, preguntándose, respondiéndose. No sé flaco, no sé... hoy puedo decir que no sé nada, que nada ni nadie hará que sepa, porque el saber no va en mí, ni los puntos blancos ni negros, ni lo bueno ni lo malo, no hay límites ni moral... porque hoy no sé y al no saber estoy expuesta, desnuda.
Estoy desnuda frente a todos y no me importa y no sé porque no me importa cuando debería importarme tanto, ese pudor femenino, masculino y en fin de la raza humana de mostrarse, que estupidez, por eso que cada día cambian la mascara, la gorra, los pantalones, que causa arrogancia... esa arrogancia que no pueden soportar ni mis poros más externos y que huelo a la distancia.
No sé... el tiempo se ha vuelto extraño y lento y siempre fue extraño y lento pero ahora que no sé me doy cuenta que todos mis no sé se vuelven silencio. 

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