Dejo de importarme el entorno, cuando deje de sentir, y aún así sigo siendo criticada por los mismos personajes avasalladores de siempre, que cada vez que miraba por mi hombro, estaban ahí, recordándome la miseria superada que viví y vivo.
¿Cuánto se tendrá que alejar uno de una persona para dejar de oírla y verla?. Lamentablemente el camino que se recorre, tiene huellas marcadas, algunas incluso que son rasguños, rasguños impuestos a la fuerza que no se quieren borrar y que luego de un tiempo dejan cicatrices que recordar. Ese dolor inhóspito y lejano que se siente al ver como dejas atrás los recuerdos, y aún así no poder escaparse de ellos.
¡Cuánto tendré que soportar las putas críticas! los sabios sólo observan y callan.
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