lunes, marzo 21

Cuando el pecho estalla de orgullo

Oh silencio permanente que me agobia hasta el alma,
en un mar inexistente quedaron mis más de mil palabras
¿Qué es la vida si no creo mi propia realidad?
la crean por mí los titiriteros y el entorno de ésta...
mi vil ciudad.
En silencio me pregunto cuando será el día que convoque a mi libertad,
fuera de estas rejas enmarcadas, con cada lágrima sellada,
y mi corazón en las manos del opresor sonriente que mira por mi ventana.
Convaleciente y a punta de arma camino por los patios de mi prisión,
no he comido en días pero veo la magnificencia de la cena de los guardias
y al que me obligan a llamar ''señor''. 
Mi mirada perdida y el símbolo que llevo en el corazón 
sé que les llama la atención. Me encierran por las noches en un cuartel,
como si fuera asesino, ladrón de vidas o un violador.
Me interrogan hasta el amanecer riendo de mi miedo su sudor.
El real miedo es que el que siento cuando los minutos se hacen horas
y admiro el inexorable tiempo que pasa tan lento,
él no tiene prisa, ¿Sabrá que sí yo?.
Pienso en mis compañeros en este laberinto de insumisión .
He visto reiteradamente como desde arriba nos han escupido
pero hoy no importa
hoy nada importa,
sólo hay que saber ser inmune
y controlar los sentidos.
Bajo el manto lluvioso de cuatro paredes, escribo ésta mi historia.
que sé leerán en algún futuro, lejano o cercano. Sabiéndose por fin
la verdad,  donde mis conterráneos se preguntarán constantemente
¿Que es la vida si no creo mi propia realidad?



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