domingo, agosto 28

Último monólogo (des) -alentador

Y una puta, su puta
comía su corazón mientras le hacia el amor
en una cama olvidada pero con historia.
Escuchaban un tango, recuerdo,
el más conocido de Carlos Gardel
''por una cabeza'' cantaba el argentino
ché.
Volaba con la mujer
que menos pensaba el poeta
le recitaba unas letras
a esa culta informal
que escondía
sus libros de Benedetti
en una gaveta
por el orden militar.

El lado oscuro del corazón

Y la soledad invierte los papeles, es ella quien me busca a mí y no como ha pasado por más de veinte años, donde yo incauto he llorado por ella para que venga a mi encuentro, para que abrace mis penas. He descubierto que en este mundo atestado de almas vagabundas no hay ninguna ¡ninguna! que entregue su corazón en una bandeja de plata, iluminado por la esperanza, el sueño, la ilusa ilusión encubierta de elogios y miedo. Taciturno he deambulado por las calles de Madrid y navegado por la ciudad de los canales en busca de esos ojos iracundos que me miren de frente y me hagan llenar las mentiras de suspiros  en un círculo como el nuestro, plagado de omisiones. 

Partamos por lo básico, por los más pequeñito, por la semilla de todo fruto, esa semilla que subsiste aunque la corten mil cuchillos. El humano, ''el humanoide'', discriminemos a este ser por edad para tener una visión más crítica del asunto, este ''humanoide'' convergerá conmigo en años, un poco menos un poco más. Camina por las calles con los ojos llenos de información caducada, su memoria selectiva la va a tomar como material precioso que se debe guardar en el recuerdo por mucho tiempo ya que no está acostumbrada a coger elementos esenciales para su vida cotidiana (pero ojo no es su culpa, le han enseñado a que debe ser así, eso es lo correcto, eso es lo ''normal''). Simple muchacho, no se cuestiona nada, la vida es porque es, porque así se lo han dicho desde que salió del vientre de su madre, echó un vistazo al mundo y lloró con un quejido lastimero de esos que han sufrido por años las penas del infierno, mientras otros celebraban su llegada.
Y los que han abierto sus ojos... carretean cuatro veces a la semana, y el vacío al despertar no lo notan, porque el dolor de cabeza y las ganas de vomitar inhiben el pensamiento crítico de una situación ''normal'' pero que desgracia, pero que decepción. La suciedad de sus caras refleja lo enrevesado de mi pensar. ¡Entonces que se puede esperar! ¿yo? yo amigos ya no espero nada, he muerto en el intento miles de veces, he desgarrado mi alma con cada cuestionamiento, me he preguntado la misma cosa hace ya muchos soles y lunas y siempre es diferente la respuesta (si es que hay respuesta alguna)

La soledad me ha abrazado, porque me he dado cuenta que las relaciones las toco diariamente solo con las manos, es inequívoca esta situación puesto que sé que una vez abiertos los ojos no se puede dar marcha atrás. He frenado en mis andares por estos caminos faltos de lucidez y he mirado el recorrido para ver que he dejado atrás, y miles de rostros y cuerpos se despiden de mí y les hago un gesto amistoso con frialdad (porque no es muy difícil fingir). La soledad me ha abrazado porque he escogido un camino diferente, porque ya no puedo seguir sumido en mentiras y palabras elocuentes, porque primero debo separarme un poco del lacayo para darme cuenta que también yo mismo soy uno. Deje esta parodia para el final de una historia sin final, porque cuando perezca habrán otros que como yo pasarán por una psicosis leve con rasgos de enfermedad, esto es indisoluble, esto no acaba. Yo no pienso como Ginsberg... tú que has visto a las mejores mentes de tu generación destruidas por la locura te digo que  siento y sé que será la locura la salvación de las mentes de mi propia generación, será ella la mano liberadora que los hará salir de la fila de una vez por todas y se darán cuenta que ningún límite realmente existe, que todo lo que alguna vez creyeron son falacias absurdas creadas para mantenerlos en aquel corral en el que se han aferrado toda su vida. Ella será realmente la que los haga llorar con desgracia por primera vez y digo con verdadera desgracia, con real angustia. Mientras haya mentes enclaustradas y cuerpos con claustrofobia de si mismos, me seguiré aferrando a mi propia enfermiza soledad.




No entristezco, no por esto... pero quiero saber si la soledad seguirá abrazándome una vez que escape de la esfera. 


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